Dr. Ahmed, usted es cofundador de todas las nuevas unidades de innovación de Rohde & Schwarz, desde el Inno Funnel hasta el Inno Lab. ¿Cómo están relacionadas estas unidades?
Se puede considerar el Inno Funnel como un embudo primario en el que fluyen las ideas de nuestros empleados sobre productos y negocios. Cuando llega una idea al embudo, el Inno Hub ofrece asistencia intensiva para evaluarla y presentarla al Inno Board. Si el Inno Board desea llevar adelante la idea, se desarrolla un estudio de viabilidad para determinar su potencial y el presupuesto necesario. Si el estudio de viabilidad resulta convincente, el Inno Lab prepara una «prueba de concepto». En este proceso se utilizarán «Prototipos rápidos» para probar si la idea es factible, o dicho de otro modo, si se le dará luz verde. Si todas estas medidas sugieren que la idea es prometedora, se proporcionará el know-how adquirido a las subdivisiones correspondientes con el fin de permitir el desarrollo de un nuevo producto.
¿Sintió que era un desafío lanzar una nueva iniciativa en Rohde & Schwarz que impulsaba aún más la innovación?
Sí y no. Rohde & Schwarz cuenta desde hace tiempo con una infraestructura para favorecer el comportamiento innovador y dinámico. Y siempre ha habido excelentes programas destinados a abordar las ideas e innovaciones de nuestros empleados. El gran reto es establecer un proceso que esté integrado en toda la empresa. Nuestra intención, por tanto, es utilizar nuestro Inno Funnel para fomentar que se haga un uso aún más intensivo de la infraestructura y la experiencia con las que ya cuenta Rohde & Schwarz.
¿Cómo se consigue eso?
Utilizando el Inno Funnel como un medio para ofrecer opciones de financiación y proporcionar la mano de obra correspondiente. Ello nos permite probar las buenas ideas y, en el mejor de los casos, también llevarlas a la práctica.
¿Cómo se compone esta mano de obra?
Por un lado, hay empleados permanentes en el Inno Funnel; por el otro, se forma un equipo de proyecto separado para cada idea. El proceso implica la selección de los empleados adecuados para cada proyecto en particular. Sin embargo, también pueden participar asociados externos como universidades o institutos de investigación. Básicamente, no hay una fórmula establecida: las necesidades de apoyo concretas varían en función de cada caso.
¿Significa eso que un empleado de Rohde & Schwarz puede colaborar también en proyectos de innovación fuera de su propio departamento?
Sí, nuestra infraestructura permite este tipo de flexibilidad, que al mismo tiempo ofrece una gran ventaja: los empleados pueden adquirir experiencia en multitud de áreas distintas, pensar de manera creativa y reincorporarse a sus equipos como personas nuevas con una infinidad de conocimientos nuevos. Esto, dicho sea de paso, permite a los empleados expandir sus redes de contactos. En definitiva, así es como todos nos ganamos la vida: creando redes.
¿Qué es lo que más le motiva de su trabajo como director del Inno Lab?
La amplitud de miras que impera en Rohde & Schwarz: somos flexibles, damos la bienvenida a nuevas ideas y mejoras, y queremos aprender cosas nuevas. Además, Rohde & Schwarz es totalmente vanguardista: aquí se desarrollan tecnologías fascinantes que usamos para presentar productos únicos al mundo.
