Su misión
El apagón de la televisión analógica ha liberado los canales de televisión que, como resultado del dividendo digital, ahora se están asignando a dominios de radiofrecuencia móvil, principalmente de evolución a largo plazo (LTE).
Los fabricantes de decodificadores de TV y televisores deben adaptar la inmunidad del receptor según los retos planteados por la coexistencia entre la comunicación móvil y las señales de televisión. Sin estas modificaciones, se pueden producir interferencias esporádicas entre el audio y el vídeo, efectos de bloqueo o incluso la pérdida completa o congelación de la imagen. Las señales de comunicaciones móviles, sin embargo, no solo pueden afectar a los receptores terrestres, sino que además pueden transmitirse en los receptores de cable y en los sistemas de distribución internos del edificio.
En el caso de receptores terrestres, las señales LTE pueden influir en los sintonizadores debido a una selectividad insuficiente. Los métodos con una única portadora (como ATSC) son más sensibles que los métodos OFDM (como DVB-T, DVB-T2). Las señales LTE actúan como interferencias de canal adyacente.
Cuando las carcasas o los cables coaxiales no están suficientemente blindados, (debido a conexiones parcialmente defectuosas entre la sobrecubierta protectora y el conector), los receptores DVB-C, J.83B o el cable ISDB-C se ven afectados. La interferencia cocanal también puede producirse debido a la asignación completa de todo rango desde 50 MHz a 1 GHz.
Por tanto, deben probarse los decodificadores de TV y los receptores de TV utilizando fuentes de interferencia LTE reales tal y como se describe en D-Book de Digital TV Group (DTG).