El músico alemán Peter Fox está convencido de que los avatares y la inteligencia artificial (IA) formarán parte de nuestra vida cotidiana en el futuro. Puede que versos como «La inteligencia artificial sabe realmente lo que hace» de su canción «Futuro rosa» expresen la actitud ante la vida de mañana mejor de lo que actualmente podemos imaginar. Cuando los estrategas de la tecnología hablan de la próxima generación de las comunicaciones móviles tienden a enfatizar aspectos como el metaverso —la visión de una realidad virtual global plagada de avatares y gemelos digitales— o el siguiente gran paso hacia la conducción automatizada.
Si se materializan estas hipótesis de la 6G, los vehículos pronto estarán en condiciones de coordinar mediante inteligencia artificial entre sí mismos decisiones sobre quién tiene la preferencia en un cruce, mientras que los robots se convertirán en acompañantes habituales en nuestra vida cotidiana. Se desenvolverán, por ejemplo, como asistentes domésticos o cuidadores con un sorprendente grado de autonomía, trabajando codo con codo junto a sus colegas humanos y realizando todo tipo de tareas, sin colisionar en ningún momento y sin que nadie interceda en el camino del otro. Definitivamente, la inteligencia artificial sabe realmente lo que hace.
Los transmisores se convierten en sensores: comunicación y detección convergentes
Los robots autónomos no solo necesitan inteligencia artificial, sino también una conjunción de comunicación y conciencia situacional. En la investigación de 6G esto se conoce como comunicación y detección convergentes (JCAS, por sus siglas en inglés) y constituye en la actualidad una de las principales áreas de actividad. Todos los participantes en un determinado escenario se reconocen dentro de su entorno en 3D y pueden comunicarse simultáneamente con todos los demás.