Tres usos generales de la radiofrecuencia
La radiofrecuencia se emplea para tres usos generales. La primera categoría de aplicaciones de RF consiste en el calentamiento de objetos.A ellas pertenecen tanto los hornos de microondas como otras aplicaciones industriales y médicas.
Otro campo de utilización de la radiofrecuencia es la captación o detección de objetos. En este caso se transmite radiofrecuencia, y las características de RF recibidas aportan información sobre los objetos sobre los que incide.
La aplicación más conocida es la transferencia de información. La radiodifusión y la televisión fueron algunos de los primeros usos de la radiofrecuencia para transferir información en forma de sonido o de imagen. Las características de la radiofrecuencia hacen posibles tecnologías de transmisión de datos modernas como Wi-Fi, las comunicaciones celulares de voz y datos y Bluetooth. La capacidad de transmitir información a través del espacio es también de suma importancia para las aplicaciones de satélite, entre ellas GPS.
Uso de la radiofrecuencia para calentar objetos
Los hornos de microondas utilizan un dispositivo denominado «magnetrón» para generar radiofrecuencia a una frecuencia de alrededor de 2,5 gigahercios. Este es el mismo rango de frecuencias que se utiliza generalmente para la Wi-Fi y Bluetooth. La radiofrecuencia penetra en los alimentos o líquidos y hace que las moléculas, especialmente de agua, vibren, de forma que se forma calor. Al utilizar la radiofrecuencia para calentar comida en un microondas debería evitarse introducir en el horno objetos de metal, ya que el metal puede convertir la radiofrecuencia radiada que produce el magnetrón en radiofrecuencia conducida. Las corrientes que se forman en el metal pueden provocar chispas o fuego.
Además de para recalentar sobras de comida, la radiofrecuencia se utiliza también para el calentamiento en aplicaciones industriales, como p. ej. para pasteurizar la leche, y también está presente en aplicaciones médicas, desde la destrucción de células cancerígenas hasta tratamientos cosméticos de todo tipo.
Detección de objetos por radiofrecuencia
El radar es un ejemplo de cómo se pueden detectar objetos por RF. Existen diversas aplicaciones de radar, como la detección de aviones o barcos, o medidas de la velocidad de un vehículo o una pelota de béisbol. Otro ejemplo de captación por RF son los escáneres de seguridad que han sustituido a la mayoría de los detectores de metales en los aeropuertos. También algunos sensores de movimiento de sistemas de alarma y otras instalaciones utilizan la radiofrecuencia. Un uso menos conocido de la radiofrecuencia para la detección son las medidas de materiales. La radiofrecuencia permite determinar ciertas propiedades de los materiales sin destruirlos, p. ej. explorar tejidos para detectar el cáncer de mama, o la presencia de hongos o termitas en los árboles.