Una mirada a los entresijos de la tecnología
El trayecto modelo demuestra que un sistema de movilidad basado en las redes inalámbricas y la autonomía del vehículo (C-ITS: sistemas de transporte inteligentes cooperativos) requiere mecanismos automáticos para diversas situaciones de tráfico (casos de uso). Y estos deben estar estandarizados de forma independiente del fabricante. De ello se encargan organizaciones como la 5G Automotive Association (5GAA), en la que están representados los nombres más relevantes del sector automovilístico y de las comunicaciones, entre ellos Rohde & Schwarz, y que, como su propio nombre indica, se concentra en las comunicaciones móviles 5G.
La industria automovilística se preocupó con bastante antelación de que se tuvieran en cuenta sus intereses en el proceso de estandarización 5G. Las características propias de la 5G, como una alta velocidad de transmisión, disponibilidad, fiabilidad y el corto tiempo de propagación de señales (latencia), convierten esta tecnología en una candidata ideal para la interconexión del tráfico desde un principio. Sin embargo, la comunicación móvil celular, es decir, el tráfico radioeléctrico a través de estaciones base emisoras, solamente cubre una parte de las tareas de comunicación. En puntos donde no alcanza la cobertura o situaciones ad hoc, los vehículos deben estar en condiciones de comunicarse directamente entre sí. En LTE, la tecnología predecesora de 5G, se preveía ya una interfaz sidelink («PC5») para este fin, y se ha integrado también de nuevo en 5G. Dependiendo del caso de uso, la comunicación se desarrolla a través de la red (VTX celular, C-VTX, Uu) o de la interfaz sidelink PC5.
Una tecnología de sidelink alternativa basada en WLAN (variante 802.11p) ha quedado prácticamente descartada después de que los principales mercados de EE. UU. y China, así como prácticamente todos los fabricantes europeos, se pronunciaran a favor de la PC5 5G.