Aunque son invisibles, las ondas electromagnéticas pueden ocasionar múltiples problemas. Pueden bloquear las puertas de los garajes o hacer que los botones de los radios dejen de funcionar debido a una interferencia en la misma señal que la señal deseada. Para evitar que esto suceda, los dispositivos eléctricos deben someterse a ensayos de compatibilidad electromagnética (EMC).
Esto es especialmente importante en la industria automotriz. A diferencia de los dispositivos estacionarios, los vehículos viajan a través de entornos mucho más amplios y están en constante exposición a interferencias de diversas fuentes con diferentes niveles de intensidad. Debido a que la electrónica de a bordo es responsable de muchas tareas críticas para la seguridad, como el control de los «airbags», debe funcionar a la perfección incluso en la presencia de interferencias electromagnéticas severas. Es por eso que los ensayos de EMC de vehículos son exigidos por la ley y forman parte de la vida cotidiana en la industria automotriz.
Nuevos requerimientos debido a los vehículos eléctricos
La tendencia hacia la electromovilidad está generando un nuevo impulso dentro del panorama de ensayos de EMC. Los inversores que se utilizan para controlar los motores o las baterías de los vehículos eléctricos producen campos electromagnéticos mucho más fuertes que los motores de combustión tradicionales. Además, las intensidades de campo dependen también de factores como la velocidad con la que viaja el vehículo y si está acelerando o frenando.
La electrónica de a bordo debe proporcionar un rendimiento perfecto bajo estas condiciones de EMC completamente nuevas. Deben también evitarse disrupciones a los múltiples servicios de radiocomunicación en un vehículo moderno, como el acceso al vehículo por medio de UWB o conectividad 5G. Lo mismo se aplica a los sensores que se utilizan para la conducción autónoma, como radar y GNSS.
Llevando la carretera al laboratorio
Por supuesto, todo debe probarse en el laboratorio ya que las pruebas realizadas en carreteras reales son costosas y no pueden reproducirse. Sin embargo, las condiciones realistas de conducción deben simularse de algún modo en el laboratorio. Esto conduce a una gran demanda por nuevos sistemas de prueba y casos de prueba para seguir el ritmo de la creciente velocidad de desarrollo, tanto para los fabricantes de automóviles, como de sus proveedores, centros de pruebas y organizaciones de inspección.